2 ago 2011

Capítulo 5 (parte 1)



-¿Estás Emma?La gente no tardará en llegar.- dijo Miguel gritando para que su hermana lo oyese desde la ducha.

-Casi, sólo me queda vestirme.- dijo su hermana en el mismo tono.

Apura que son casi las cinco y media.
Emma se miró al espejo y se comenzó a rizar el pelo con mucho cuidado. Luego se puso el vestido corto que llevaría esa tarde de un color lila intenso que se ajustaba perfectamente a su delgada cadera y que le marcaba el escote.
Se puso los tacones negros con una torera a juego con ellos y con el decorado del vestido. Se pintó la raya y los ojos. Para acabar un poco de gloss en los labios. Abrió la puerta del baño y se encontró con Miguel, que acababa de coger unos discos de su habitación.
-¡Ala! ¡Estás preciosa! -silbó su hermano.
-Tú también- dijo contemplando el esmoquin de Miguel- Oye- se fijó en los discos que llevaba- ¿no son míos?
-Sí- sonrió- te los he cogido porque ya sabes que mi música...
-Es una mierda. Lo sé.- se echó a reír- Por cierto, ¡felicidades, hermanito!
Llamaron al timbre por segunda vez en aquel día. Eran justo las seis de la tarde, la hora en la que comenzaba el cumpleaños.
-Ya voy yo- dijo alegremente Emma y fue corriendo como lo haría Heidi.- ¿Sí?
-Hola, somos David, Lola y yo- Emma observó por la mirilla, efectivamente, allí estaba Lola haciendo el tonto por el agujero.
-Pasad- acto seguido Emma abrió la puerta.
-¡Emma!¡ Ven a ayudarme con los platos y vasos que no puedo con todos!
-¡Voy, Daniel! ¿Atiendes tú Miguel?
-Sí, voy- respondió su hermano- ¡Hola Adriana, Lola, David! ¿Qué tal? Pasad.Las dos hermanas fueron corriendo a abrazar al cumpleañero que se puso colorado. Al acabar David le dio un abrazo amistoso y pasaron los cuatro para adentro.
-17 ya, ¡eres todo un hombre! - dijo Lola sonriendo.
-Supongo. Dejad las cosas por aquí, mi hermana y su amigo están en la cocina.
-¡Emma! -Lola y Adriana salieron disparadas a la cocina a abrazar a su amiga. David y Miguel oyeron las risas de las chicas desde la cocina y unos cuantos besos muy sonoros.
-Qué rápido se olvidan de ti ¿eh? -se rió David.
-Ya sabes cómo son las chicas.
-¡Miguel, vamos para arriba, ahora nos vemos! -gritó Emma que subió corriendo por la escalera con las dos chicas delante, de manera que quedaba tapada para los chicos- Daniel se queda con vosotros, que sino el pobre, con tantas chicas...- dijo antes de cerrar la puerta de su cuarto.
Daniel llegó de la cocina tomando una lata de coca-cola y se acercó junto a los chicos que ya estaban sentados, el desconocido se levantó y dijo:
-Hola, Daniel, soy David.
-Hola, David- Daniel no pudo evitar sentir un poco de celos al ver lo guapo que era aquel chico, un pelo rubio revuelto, unos grandes ojos castaños y una sonrisa que podía derretir a cualquier chica.
-Bueno.... -dijo Miguel notando el incomodo de Dani- ¿y si vamos al salón a hacer algo? Como está todo preparado....
Claro... aunque voy un momento al baño- dijo Daniel y acto seguido se dirigió para el rincón de la casa que había dicho cerrando la puerta y dejando a los amigos un tanto desconcertados.
¿Por qué tenía que suceder aquello justo ese día? ¿El día en que se lo diría a
Emma? Sabía que la chica se enamoraba muy fácilmente de las personas y ese tal
David era muy guapo,además parecía simpático; sabía que Emma acabaría en sus redes de un momento a otro. A parte, él no se veía guapo, aunque todo el mundo le decía lo contrario, él no lo pensaba. Se miró al espejo una vez para comprobarlo y se dio la vuelta para no seguir viéndose, no lo soportaba. Si esa noche se veía más veces... acabaría replanteándose lo de pedirle a Emma.
¡Qué complicado era todo al tener casi 16 años!




-¡Qué dices! ¿Sí?
-Sí... me lo contó ella...
-Buahhh ¡qué fuerte! No me lo esperaba... la verdad
-Pobre Laura... ¿y está muy mal?
-Los golpes fueron bastantes, pero esa chica es muy fuerte, se pondrá bien dentro de nada. Qué cabrón el Hugo...no me lo imaginaba pegando y como un vagabundo por las calles... y eso que vino conmigo a la guardería...Cabrón.
-Ya, Emma, pero la gente cambia...
-Chicas, ¿podemos hablar de otra cosa? Este tema me está poniendo la piel de gallina- dijo Adriana, haciendo un gesto con la mano.
-Oye, ¿has conocido a David? -pregunó Lola a su anfitriona.
-¿David?¿Qué David?
-Vale – se rió- veo que no... es el tío que vino con nosotras, es compañero de clase de Adriana -Lola señaló con un dedo a su hermana- está súper-buenísimo.
-Y ese tal.. David...¿de qué lo conoce mi hermano?
-Se lo presenté yo – dijo Adriana levantando la mano, como si estuviera en clase- Me dijo David que Miguel le había hablado de ti.
-¿Sí?- Emma se sonrojó- Sabe Dios lo que le dijo de mí...
-Las chicas siguieron contándose cotilleos y comenzaron a sacarse fotos, unas graciosas, otras para recordar...


-¡Hola! ¡Pasad y poneos cómodos!
La casa de los hermanos ya estaba repleta de gente, cada cual con un traje que hacía su propia figura más atractiva e impresionante. Las copas recorrían todo el salón de un lado para otro y las risas invadían la estancia con un tono que daba alegría a la propia música que sonaba de fondo.
Un grupo de chicas que bailaban sin importarles nada ni nadie y a las que más se les oía reírse eran las que mejor se lo estaban pasando y las que llamaban más la atención -¡Cuidado! -gritó la que llevaba un vestido azul de un suave color eléctrico y unos tacones plateados- ¡Que casi me tiras la copa, Emma!
-Lo siento, estoy un poco patosa hoy, Lola.
-¿Hoy?
-Capulla.
A pesar de los insultos “cariñosos” que se dijeron durante aproximadamente cinco minutos, las chicas se rieron escandalosamente.
-Voy a por un poco de ponche ¿ok?
-OK- Lola hizo un gesto con la mano afirmando la propuesta- ¡a mí también tráeme uno, please! -le gritó cuando la chica ya se estaba alejando.
-Emma, se abrió paso entre la gente y saludó a unos cuantos invitados que le dieron su aprobación por la fiesta que había montado su hermano.
Llegó a la mesa de las bebidas y esperó a que un chico, que estaba de espaldas a ella, se acabase de servir un ponche. Cuando él se giró, Emma se iba a adelantar para poder servirse pero se quedó parada unos segundos al ver lo guapo que era el chico que en esos instantes al miraba fijamente con una sonrisa ,que la hizo derretirse.
-¿Te ibas a servir? - le preguntó.
-Sí... - Emma intentó parar los fuertes latidos de su corazón.
-¿Cúantas?
-¿Qué?- ¿por qué no podía dejar de mirar sus divertidos ojos castaños?
-Que cuántas copas quieres.
-Ahh... Dos.
-El chico se volvió a girar y sirvió dos copas de ponche.
-Aquí tiene, señorita -dijo sonriendo y haciéndole una reverencia mientras le tendía las copas.
-Muchas gracias – dijo riendo y cogiendo las copas. Acto seguido Emma se dirigió de nuevo junto a Lola que la esperaba sentada en una silla y que se entretenía hablando con su hermana que iba ataviada con un vestido de un verde suave oscuro.
Cuando llegó junto a las hermanas , la más pequeña dijo:
-¡Cuánto tardaste!
-Es que...estuve hablando con alguien.
-Pos ese “alguien” tiene el poder de hacerte sonrojar y hacerte poner cara de niña pequeña.


Miguel se acercó al chico con el que acababa de hablar su hermana.
-Veo que ya has hecho migas con mi hermana.
-Es muy guapa- se limitó a decir el chico.
-Miguel observó durante unos momentos a Emma que reía estruendosamente junto con Adriana y Lola.
Entonces , Miguel se rió y sacudió la cabeza.

3 comentarios:

  1. Ha estado muy bien :D Aunque, como te he dicho, me he hecho un poco de lío, pero tampoco ha sido mucho xDD
    ¡¡Seguid así!!

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  2. Gracias de nuevo! bueno, lo del lío suponemos que es normal jajajaa es más o menos lo q intentamos, confundir un pelín a la gente pero no demasiado jajaja gracias :)

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  3. Estoy con Lady Carla. Sí. Me lié un poquito por la gente, peor luego ya me situé. Esto de la fiesta me recuerda montón un libro que me encanta. Seguid así.

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