Los dos estaban en la playa, contemplando el horizonte.
La chica tenía una simple chaqueta de punto como abrigo que le llegaba hasta más allá de los dedos a la que se agarraba fuertemente. Se frotaba las manos. Tenía frío, aunque no lo decía.
Se levantó y fue corriendo hasta la orilla, donde el agua salada bañó sus pies bajo un atardecer. Abrió los brazos y miró hacia el cielo. El viento le daba en la cara y el pelo. Oyó como el chico se acercaba, la cogía por la cintura con sus brazos y los dos caían al suelo, riéndose, manchados de arena.
Se quedaron tumbados, ella fue la primera en hablar:
- Gracias por ayudarme, en serio. No habría logrado volver a estar como antes de no ser por ti.
El chico se sonrojó.
-Bueno- prosiguió ella- tampoco te lo creas mucho ¿eh?- dijo sonriendo y guiñando un ojo.
Al cabo de un rato ella volvió a hablar:
- ¿Miguel...?
La palabra quedó suspendida en el aire, porque detrás del chico había alguien mirándolos y no tenía buena cara.
Dentro de poco ya se podrá ver en el blog el 1º capítulo del libro.
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